Opinión
«Hablando de golpistas locales» Marcelo Lillo

1 de septiembre del 2018
Yo considero que los que estamos en esto no podemos hacernos los boludos.
Y los que saben dónde estamos nosotros me van a entender.
Nadie entiende más que los santacruceños las crisis, las penurias, los padecimientos económicos y sociales.
Santa Cruz, una de las provincias más ricas en recursos naturales, con poca densidad demográfica y con inversiones y recursos multimillonarios.
Una provincia que sufre y padece veintisiete años de gobierno de una banda de ladrones comunes, mafiosos, delincuentes, que nunca han sido políticos o dirigentes sociales, simplemente han sido hombres y mujeres que vieron en el poder público una posibilidad para hacerse millonarios.
Un pueblo muchas veces cómplice y muchas veces sumiso, ante el poder avasallante de la corrupción.
Sin embargo nunca fuimos un pueblo golpista.
Hemos soportado todas las trampas y todos los aprietes, pero nunca la mayoría de este pueblo sufrido ha dicho, «saquémoslos a patadas en el culo»; y esperamos pacientes las elecciones donde, siempre con agachadas y con trampas, como la ley de lemas, hemos perdido representatividad y continuamos soportando un gobierno de malditos y ladrones que día a día perfeccionan un sistema de corrupción muy difícil de vencer.
Un sistema que tiene cooptado al Poder Judicial, con un Superior Tribunal de Justicia que hasta tiene la facultad de controlarse a sí mismo; un Poder Legislativo que tiene mayorías absolutas por haber ideado al «Diputado por el Pueblo» y un poder de contralor inexistente porque el poder político de turno tiene la facultad de nombrar a sus miembros y la mayoría de sus miembros son empleados del Poder Ejecutivo, hasta el colmo de nombrar a la mujer de un ministro para que controle las acciones gubernamentales del ministro, su marido!
Este gobierno provincial está conformado por una infinidad de funcionarios comprobadamente corruptos o sospechadamente ladrones, como quieras llamarlo.
Desde la Gobernadora que accedió a su cargo por medios inconstitucionales y está seriamente sospechada de asistir ilegalmente a organizaciones sociales como la Tupac Amarú, hasta Carlos Zanini, uno de los ideólogos de todo el sistema de corrupción y apropiación de los recursos del estado nacional, en beneficio de la mafia kirchnerista.
Pasamos por su ministro de gobierno, Basanta, denunciado de ser uno de los valijeros de La Cámpora; su Presidenta del Consejo de Educación, la jóvena Chachi Velázquez, procesada por actos de corrupción en el Ministerio de Desarrollo Social; Mazú, presidente del bloque del FpV, procesado por YCRT, el Ministro de Trabajo, Lalo Camino, denunciado por actos de corrupción en obras públicas de Las Heras y así podríamos seguir con tantos otros que forman parte de un gobierno provincial desastroso, corrupto y eficiente solamente para los bolsillos de sus funcionarios.
Un Gobierno Provincial que paga y sostiene la candidatura de Cristina Kirchner y Máximo Kirchner para que hagan su campaña nacional, un gobierno que paga a cientos de ñoquis que cobran abultadas sumas del erario provincial y ni siquiera conocen Ramón Santos.
Sin embargo, los demás, los otros, los pelotudos que votamos otra cosa, no decimos «que renuncie Alicia, saquémosla a patadas en el orto»!!
Los otros estamos esperando la próxima elección.
Por eso quisiera refleccionar sobre el actual estado de las cosas y pensar en voz alta:
Pienso que no está bueno que las personas públicas y sus seguidores difundan o alienten acciones en contra del sistema constitucional.
No está bueno que alienten los saqueos, no está bueno que alienten el «fuera Macri», no está bueno el «Club del Helicóptero».
Pensemos y reflexionemos dónde estamos y no sólo a qué partido político pertenecemos.
Nosotros, los truncadenses, tenemos ejemplos permanentes de formas de desestabilizar un gobierno local porque no pertenece al mismo signo que el provincial o porque hay algunos que no ven otra forma de hacer política que el conflicto permanente o el «mientras peor, mejor».
Soportamos cuarenta días de paro de un escaso grupo de mujeres que terminó en la toma del Municipio por parte un gremio oficialista reclamando zapatillas y guardapolvos y en definitiva vimos que era parte de la campaña política de una dirigente gremial para ganar las elecciones internas; soportamos la toma y la rotura del concejo deliberante por parte de un grupo de patoteros incitados por una concejal y por un ex intendente que eran aliados y hoy se han traicionado, porque no querían que se trate una adecuación tarifaria; soportamos la toma del concejo por parte de un grupo de desocupados que reclamaban por empleos que tenían que reclamar en otro pueblo, soportamos el reclamo por el hospital cuando la salud es responsabillidad de la provincia, soportamos todos los días denuncias falsas de una concejal que era parte del gobierno y no le dieron lo que quería, soportamos todos los días denuncias falsas de una diputada que debería representar al pueblo y sin embargo se ocupa por mantener su quintita; y así, soportamos y bancamos y sufrimos y estamos.
Yo creo que la mayoría de nosotros tenemos que ser coherentes con nuestro accionar y honrar nuestro discurso.
Si prometimos trabajar por el pueblo, hacerlo con las herramientas que nos da la democracia.
En definitiva pensemos lo siguiente: hay un grupo de pelotudos que incitan el «fuera Macri, fuera Vidal, fuera Alicia».
¿Qué haríamos nosotros si mañana aparece un grupo de pelotudos que diga: «fuera el Intendente, fuera los concejales de tu pueblo!!»? Dejaríamos que un grupo de pelotudos haga renunciar a un concejal? Yo creo que no.
Pensemos que en esto estamos todos, si nos va bien, nos bien a todos.
Y si nos va mal, tenemos la posibilidad de votar.
Que no nos corran con el miedo, después de todo hemos sobrevivido a doce años de saqueo y aún no lograron fundirnos.
