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Zona Norte

El verdadero negocio detrás de los “Mataderos rurales” de Claudio Vidal

Published

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5 de noviembre del 2018

Nada es casualidad en el universo K de los negociados, especialmente si éstos son millonarios y pueden fundarse en verdaderas necesidades de “la gente” como les gusta decir a los pichones de candidatos a algo y en tren de engañar al público distraído o complaciente (pero no estúpido).

Todo comienza a tomar forma con la unión “comercial” de Claudio Vidal, Secretario General de Petroleros Privados de Santa Cruz, dedicado en el último tiempo a ser un “inversor multirrubro”, su amigo de aventuras Javier Berazaluze y el evasor bonaerense el controvertido Alberto Samid, autoproclamado “El rey de la carne”, a quien más bien le cabe el mote de “El rey de la evasión”, tras los 54 millones de pesos en que defraudó al fisco y por el cual llega a juicio oral. Claro, es que esa evasión se la permitió su amigo y favorecedor Ricardo Echegaray que desde la AFIP beneficiaba a sus amigos como Cristóbal LópezLázaro BaézOsvaldo Sanfelice, el propio Samid, (entre muchísimos más) con la plata de todos los argentinos.

Estas tres personas se han unido “para beneficiar al consumidor de Santa Cruz”, decidiendo traer carne vacuna, ovina y porcina comparada en Liniers, envasada en las instalaciones que posee el evasor Samid, traída en camiones frigoríficos a esta provincia y comercializada bajo la modalidad de “bulto cerrado”.

Ahora: “Tienda de carnes”

Como los asociados con el gobierno provincial no dejan de sorprendernos y de ellos, especialmente el Secretario General de Petroleros Privados, descubrimos que la carne envasada está entrando en Santa Cruz, traída desde Buenos Aires e ingresa a la provincia previamente “rotulada” con el nombre del gran mentor del nuevo emprendimiento económico “para favorecer a la gente de Santa Cruz”, con supuestos precios menores a los que se paga en plaza por los mismos cortes de carne.

Si algo le faltaba a este circo populista, pero que entraña un negocio de pocos que muchos no advierten, llegó a Santa Cruz carne envasada al vacío, cuyos diferentes cortes lucen un cartel con las especificaciones del SENASA e inmediatamente al lado un cartel de similares dimensiones con letras aún más destacadas en color azul oscuro (el elegido por el dirigente petrolero), colocado en el mismo momento en que se envasa el corte, con la leyenda “CLAUDIO VIDAL” abajo “CONDUCCIÓN”, a continuación la imagen de una vaca y más abajo “TIENDA DE CARNES” (¿?).

El nuevo negocio de Vidal, Berazaluce y Cía, de lo cual no es ajeno el gobierno provincial (especialmente el Vicegobernador), asociado a Alberto Samid (objetivamente no precisamente lo mejorcito del ramo), es una variante al fracasado intento de instalar los “Mataderos rurales” en la provincia, luego que varios intendentes y especialmente Concejos Deliberantes, se dieran cuenta de hacia qué lugar apuntaba este “proyecto”, quiénes lo integraban y fundamentalmente “como iba a terminar”. Es obvio que con el tiempo se descubrirían los puntos oscuros que con anticipación anunciamos en sucesivas notas y tal como viene la cuestión judicial hoy, son pocos (o cada vez menos) los que quieren quedar prendidos en estos negociados, en algunos casos sin participación plena, ya que son “usados” por lo interesados en desarrollar este negocio, para lograr las manos necesarias a fin de cristalizar sus objetivos.

Las supuestas “facilidades” y “consensos” obtenidos por Vidal y Berazaluze para la instalación de los mataderos era un globo de ensayo, lo cual lo adelantamos en este espacio, cuando inclusive se decía que “habían conseguido 80.000 firmas”, apoyando el proyecto. Nosotros revelamos que a la cifra le sobraba un “cero” y que esas firmas eran en realidad las que utilizaría Vidal para presentar avales ante la Justicia Electoral a fin de formalizar su nuevo espacio político.

Sin embargo, la caída del proyecto de los frigoríficos no detuvo al dirigente petrolero, decidido a hacer algo por la gente y ahí nomás cerró filas con Alberto Samid, con quien decidió comercializar carne envasada, comprada en Liniers proveniente de la cadena de frigoríficos y carnicerías del “Rey de la carne” y traída a Santa Cruz donde esperan colocar bocas de expendio con cuya modalidad aseguran que el precio de los cortes se harán a un costo mucho menor, aunque no dijeron cuánto.

“A falta de pan, buena es la carne”, se podría parafrasear el dicho popular, para indicar la facilidad que tiene el Secretario General de Petroleros Privados para readecuar sus negocios, por fuera de su actividad específica que sería defender a los trabajadores del sector y dejar en manos de quien corresponda, la preocupación por ofrecer a la sociedad, una oportunidad de comprar carne más barata. Está claro que el verdadero eje de esta movida es eminentemente político y de tono ciertamente populista y demagógico.

La existencia de un cartel significativo que choca con los ojos del supuesto “comprador” del corte de carne, donde aparece Claudio Vidal y un excéntrico enunciado que dice “Tienda de carnes” es toda una metáfora del narcisismo político que tiene su impulsor y la necesidad de ser asociado a “buenas cosas” que vengan a resolver problemas colectivos. Sin embargo, como aquellas zapatillas de Rouselot en Buenos Aires o las mochilas de Das Neves en Chubut donde al producto lo acompañaba la propaganda de campaña política, la acción de Vidal no es solo deleznable por el uso y abuso que hace de lo que “supuestamente” es una acción comunitaria para favorecer a un sector social con precios diferenciados sino porque a costa de un argumento absolutamente atendible, formalizan negocios que nadie controla y cimientan una campaña encubierta que a nadie le interesa comprar. (Agencia OPI Santa Cruz)

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