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Opinión

11 meses después citan a la «Oficina de atención a la Victima» a dos nenas abusadas

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10 de febrero del 2019

Los dolores no son medibles, son vivibles; pero unos de los procesos más dolorosos es el daño realizado a un hijo, el daño físico, mental y emocional, ese que nos llena de culpa que nos paraliza la vida, eso le pasó a Marcela.
Ella lucha sola sin saber hacerlo, sin saber si lo que hacía estaba mal, lucha en los dos frentes: en el judicial para mantener detenido al abusador de sus hijas y en el día a día, tratando de hacer lo que piensa que es mejor para las niñas, sola de soledad absoluta. ¿Qué padre sabe qué hacer ante dos nenas abusadas? Ninguno.


Así, con su propio criterio, errado o no, con su propia culpa, sobreviviendo al abuso, llevan las tres 11 meses, solas, viviendo en su propio infierno, porque para estas cosas se necesita contención de calidad, recursos profesionales, pero aún así están con el dolor metido en sus cuerpos, conviviendo todos los días con él, solas, siempre solas las tres y sus almas desgarradas, sin que las estructuras del estado las miren. Son invisibles, el invisible muere un poco cada día.


Así Marcela y sus hijas cumplen 11 meses encerradas en sí mismas y, mágicamente, después de ese tiempo aparece una desconocida «Oficina de atención a la Victima» de Caleta Olivia, creada en el año 2005 según la página del Poder Judicial.


Las Oficinas de Atención a la Victima son órganos creados en todo el país. Digo País y no incluyo a Santa Cruz que es una isla separada de todo sentido común. A través de la asistencia jurídica, se encarga de dar a conocer a la víctima, de manera sencilla y accesible, sus derechos. Les informa sobre los procedimientos que se deben seguir, da a conocer la forma legal de reclamar la reparación del daño y acompaña en la tramitación de denuncias. Además, realiza un seguimiento del procedimiento judicial. El acompañamiento en juicios orales y la articulación con patrocinios jurídicos gratuitos o abogados particulares también son parte de sus tareas.

La asistencia psicológica busca contener a la víctima y a su grupo familiar en situaciones de crisis. Para ello, ofrece asistencia durante el transcurso de los procedimientos judiciales que requieran las causas, elabora con la víctima los recursos que le permitan reposicionarse frente a las nuevas circunstancias en las que se encuentra y recomienda e implementa tratamientos en los casos en los que sea necesario. Además, en los casos que ameriten, deriva el caso a la institución que correspondiera y realiza un seguimiento del tratamiento.

El trabajo de atención social se realiza conjuntamente con la persona afectada y su grupo familiar. En este caso, la asistencia consiste en trabajar para encontrar posibles soluciones a los problemas sociales ocasionados por el delito. En ese camino, se busca fortalecer los vínculos de la víctima y su familia con el entorno social a través de redes informales de sostén y ahondar sobre la dinámica familiar y el contexto en que se desenvuelve. El objetivo es siempre favorecer la reorganización de la víctima y su entorno frente al daño sufrido, y gestionar el acceso a los recursos disponibles, tanto estatales como no gubernamentales.

¿De qué le sirve a Marcela y sus hijas, 11 meses después, la llamada de la «Oficina de atención a la Victima»? Básicamente de nada. Pero lo peor no es la teoría sino la práctica. El día 7 de febrero fueron citadas y uno pensaría ¡¡¡¡¡Al fin!!!! Y no, no fue así.
Marcela y su íntima esperanza de que al fin alguien la iba a ayudar, aconsejar, asesorar, contener. Pero no, sólo se limitaron a tomarle los datos de todos para llenar una ficha como si fuera la pileta (¿La justica no saben quiénes son y por qué causa están ahí?) y listo, se terminó la entrevista.
Ahora a esperar 15 días más para la próxima entrevista, a 60 minutos por entrevista dos veces por mes, tres personas da 40 minutos por persona por mes para abordarlas desde la asistencia psicológica, social y asesoramiento judicial, ¿Parece poco? Sí, no solo es poco, sino que es una burla a las víctimas.
Y así anda Marcela con sus hijas, con el estrés post traumático del abuso, teniendo que ver cómo una de las nenas se corta las piernas o los brazos, ¿Qué se hace cuando una nenita de 10 años se corta? ¿Qué hace uno cuando la ve toda sangrada? Los que tienen que encargarse de ésto están ausentes y los encargados en la justicia, la «Oficina de Atención a la Victima» no cumple su función, su ineficiencia es funcional al abusador.

La mitigación de las consecuencias del abuso esta íntimamente ligado a la asistencia temprana de la víctima el poder Judicial de Santa Cruz crearon una oficina con letras bonitas y fines prácticos muertos, no sirven a su propósito, son patéticos, bueno eso ya lo sabemos dan vergüenza, ineficiente e incapaces hasta importarle nada dos nenas abusadas.


Para terminar encontré un vídeo que si no fuera en este contexto parece gracioso pero lamentablemente es patético estas son las personas encargadas de la «Oficina de atención a la Victima» haciendo un show uno que filma desde un pasillo, tres personas haciendo el acting de estar trabajando y una Lic Roa que habla de que son un “equipo raro “dentro del Poder Judicial, todo muy bizarro.


El Caso:

“Si Mamá, es verdad nos viola a mi hermanita y a mi hace 3 años” Daniela 13 años

30 de septiembre del 2018

Jueves 15 de Marzo del 2018, Marcela y su marido en el dentista con Daniela de 13 años.

Una vecina la llama al celular: ¿Marcela?

Marcela: Si… ¿Que paso?

Vecina: Venite urgente a tu casa, está la Policía.

Marcela-¿Pero qué pasa?

Vecina: No sé, Marcela, venite urgente, dicen que te tienen que ubicar sí o sí, a vos y a las nenas.

Marcela se toma un remis mientras deja a la nena en la consulta. Al llegar a su vivienda se encuentra con los efectivos que le preguntan.

Policía: ¿Usted es Marcela x?

Marcela: Sí

Policía: ¿Es la madre de Daniela y Verónica?

Marcela: Sí. ¿Qué paso?

Policía: Señora, nos tiene que acompañar urgente con las nenas.

Marcela: Si…Si… ¿Pero qué paso?

Policía: Tiene que ir usted y las nenas ahora con nosotros, señora, es urgente.

Marcela: Sí. Yo no tengo problema ahora llamo para que las traigan, pero ¿Qué Paso?

Se subió al patrullero y seguía preguntando, ¿Pero qué paso? Mientras los efectivos le contestaban que no sabían.

Marcela: ¿Y adonde las tengo llevar?

Policía: Tienen que ir urgente, usted y las nenas, al Juzgado. Las están esperando.

Marcela llamo a su mamá, que estaba cuidando a Verónica de 13 años y le dijo que la lleve al Juzgado. Lo mismo hizo con su marido, le dijo que lleve a Daniela al mismo lugar.

La abuela de las nenas, las nenas, el marido de Marcela y Marcela todos en el pasillo, esperando, hasta que se abré una puerta del pasillo, hacen pasar a la madre de las nenas a una oficina.

Se sienta, al frente suyo la Dra. Zapata a cargo del Juzgado de Instrucción Nro. Uno y al costado una Secretaria.

Dra. Zapata –Hola Señora, ¿Se imagina usted porque la citamos?

Marcela –No, ni idea.

Dra. Zapata –Señora recibimos una denuncia anónima de abuso contra sus hijas.

En pleno estado de shock y el llanto, Marcela le dijo a la Jueza –Si mis hijas denunciaron un abuso, es verdad, ellas no mienten.

Marcela – ¿Y quién fue?

Dra. Zapata –Le repito, lo que tenemos es una denuncia que tenemos que investigar, ahora lo que tenemos que hacer es llevar a las nenas arriba donde está la médica forense esperándonos, para constatar o descartar el abuso. Usted tiene que llevar a las nenas sin decirle nada a ninguno de ellos (la abuela y su pareja).

Marcela caminó ese pasillo siempre en penumbras, agarró a sus hijas. Mientras se iban para subir las escaleras su marido le preguntó:
¿Que pasó, amor?

Ella le contestó:
No sé, ahora bajo y te cuento, no sé nada. Ese fue el último diálogo que tuvo el matrimonio.

El marido de Marcela no es el papa biológico de las nenas.

Las pericias forenses dieron positivas para ambas nenas.
Cuando Daniela de 13 años salió, la madre le pregunto si era verdad. Con la brutalidad de una nena que se liberó de su calvario le contesto: Si Mamá, es verdad nos viola a mi hermanita y a mi, hace 3 años, desde que se casaron.

Sin que Marcela pueda asimilar la situación,  Daniela dice otra frese que pone en palabras el horror “La ultima vez fue antes de ayer”

Con esta confirmación la Jueza ordenó que lo detengan al marido de Marcela en el pasillo de abajo donde estaba esperando.

Un rato después, se dispuso la Cámara Gesell también dio positiva y determinó que los abusos empezaron cuando las nenas tenían 8 y 10 años respectivamente.

Los 3 que rompieron el muro del Silencio.

Daniela quería irse, escaparse de la atrocidad que estaba viendo, para lograrlo decidió confiar en un compañero de su misma edad 13 años, este niño a su vez el le contó a su mamá , la adulta tomo la decisión de involucrarse así fue que consiguió asesorarse con una profesional del tema y con mucho sigilo y tacto fue muy de a poquito entablando un vínculo de confianza hasta que la nena le relato la situación.

Con esta información la señora se presentó al Juzgado a realizar la denuncia de forma anónima,.

El nombre de Marcela, Verónica y Daniela, son ficticios.

Hoy esta persona sigue detenida esperando que le den fecha de inicio del juicio.

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